En Estados Unidos la situación es grave

y las inconsistencias también

Para el día miércoles 10 de octubre, los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC - Centers for Disease Control) en Estados Unidos reportaban un total de 26 víctimas mortales y casi 1.300 casos de enfermedades pulmonares presentadas en 49 estados. La mayoría, por no decir todas, de ellas se ha asociado a la inhalación de sustancias de productos sin permisos de venta, obtenidos en el mercado negro de la industria del THC. La respuesta de cuáles materias en común todavía está por determinar, aunque hay una de ellas que aparece reiteradamente.

Podría parecer curioso que los decesos todavía no tengan una explicación clara y concreta pero, en este tema, la seguidilla de dudas, nubarrones y confusiones ha sido continua. Por el momento, los expertos han decidido agrupar al cúmulo de casos bajo el término “VAPI” (Vaping-Related Illness). La coyuntura ya es considerada una crisis de salud pública en Estados Unidos.

Nuevos casos son reportados a diario y las preguntas no dejan de aparecer. La cadena de incidentes tuvo su pico a mediados del mes de setiembre, casi un mes después de que se reportara la primera muerte por enfermedad pulmonar asociada -según el reporte médico- con el vapeo (VAPI), cuando Donald Trump giró un llamado de alerta en contra de los “vaporizadores de sabores”. Sin embargo, la cola que precedía estos acontecimientos venía desde antes. Vayamos entonces al inicio.

El punto de partida de los hechos tiene su origen en julio de este mismo año. El departamento de Salud Pública de Winsconsin y el de Illinois comenzaron una investigación epidemiológica mancomunada, tras recibir varios reportes de enfermedades pulmonares graves de personas que, según habían dicho, habían utilizado cigarrillos electrónicos. Más adelante, se aclararía que lo que habían ingerido no eran cigarrillos electrónicos comunes, sino, más bien, productos en presentación de vapeadores, con la diferencia de que contenían un ingrediente en específico: THC.

El análisis que llevó a este hallazgo fue prolongándose hasta el mes de setiembre, con el estudio de los síntomas de los enfermos, las fuentes a las que se hubieran expuesto y los historiales clínicos de cada paciente. Durante este periodo, además, brincó a la vista un elemento particular al que recién hacíamos hincapié: un alto porcentaje de los casos (96%) había consumido productos empacados o “refileados” con el THC entre sus ingredientes. Todos estos habían sido obtenidos de fuentes ilícitas, por marcas o proveedores no registrados oficialmente.

El Tetrahidrocanabinol es el componente de la planta de canabis que contiene propiedades psicoactivas (que alteran la percepción y modifican el estado de ánimo). También hay quienes le atribuyen su ayuda en efectos terapéuticos dependiendo de su uso, asociándosele a cualidades como analgésico, antiinflamatoria o relajante muscular.

La polémica de este componente, así como sus efectos en el cuerpo, siempre ha estado presente en la discusión de la legalización de la marihuana y, por ello, en Estados Unidos, los productos que contienen THC circulan con facilidad en el mercado informal. 

Volvamos a los casos de enfermedades pulmonares. Durante las investigaciones realizadas en los primeros dos estados donde se encontraron casos de gravedad, en un 80% de los pacientes se comprobó la presencia de THC. 

Un elevado porcentaje de esta población (63%) no había reportado el consumo de este producto a pesar de que muestras posteriores de orina o sangre evidenciaron la presencia de THC en sus organismos. Estos casos, de pacientes mintiendo sobre lo que han ingerido, principalmente se han identificado en estados donde la venta y consumo de THC es penalizada.

¿Y de dónde compraban? El ingenio o suspicacia de los comerciantes proveedores de muchos de estos productos se comprobaría más tarde…

Twitter y Snapchat han sido unas de las fuentes de comercialización de todos estos productos ilegales, con los vendedores buscando a compradores, muchos de ellos adolescentes.

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El mismo reporte de pacientes enfermos, ofrecido por la CDC el 27 de setiembre pasado, reportaba que la marca que usaba un 66% de esta población era Dank Vapes. ¿Cómo dicen? Esta marca no existe como una marca registrada. Los decomisos han sido masivos no solo de productos de esta marca, sino de un sinnúmero de nombres comerciales más, la mayoría de ellos no registrados. 

¿Por qué Donald Trump se refirió específicamente a vaporizadores de sabores? Una de las redadas que más rezonó en las noticias fue la de una pareja de hermanos que –entre una broma y otra—fueron catalogados como los "Walter White" del VAPI Fueron detenidos por trasiego ilícito de mercadería en su propia fábrica en Winsconsin con centenares de cajas llenas de cartuchos con rótulos como "fresa", "durazno", "crema"… Ahí mismo, se les descubrió un contenedor con un líquido espeso y negruzco que contenía THC.

Ha habido más redadas en Phoenix, Minnesota y otros estados. En Minnesota, por ejemplo, en una sola tienda decomisaron el equivalente a $4 millones en productos; es decir, un total de 76,972 cartuchos ilícitos de THC. En algunos comercios, el contenido encontrado sirve para llenar hasta 5.000 cartuchos diarios.

Veamos más a fondo el caso de California. Ahí, más de 6.000 lotes de productos han sido retirados del mercado o se les ha impedido su venta, pues no han pasado los estándares mínimos requeridos para su comercialización.

A los productos analizados se les han encontrado pesticidas, metales pesados, residuos de solventes y microbios. Además, se han detectado problemas con el etiquetado, donde los componentes del contenido no coinciden con los señalados afuera del empaque.

En este estado, el mercado negro es hasta cinco veces más grande que el mercado con licencia.  La razón principal es que muchos comercios en la calle operan ofreciendo productos ilícitos que, de alguna forma, mantienen sus ingresos a flote mientras la empresa obtiene la licencia con las regulaciones estatales.

Un inquilino repitente

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El 4 de setiembre un excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (Food and Drug Administration - FDA), Scott Gottlieb urgió a las autoridades a investigar a fondo los casos que venían dándose hasta ese momento. “Deben trazarse líneas claras entre los ingredientes menos dañinos y aquellos que causan riesgos indebidos”, aseguró en un editorial en el Washington Post.

Durante la investigación de estos padecimientos, los causantes en el cuerpo no han podido hallarse con claridad debido a las diferencias o inconsistencias entre los casos. En las víctimas se ha evidenciado la presencia de algunos tóxicos químicos contenidos, llamados “fart carts”, que se venden en la calle de manera ilegal y podrían producir neumonía química. Entre ellos se incluye el espesante tocoferil-acetato, también conocido como Vitamina E, solventes como el butanol, u otros contaminantes como el miclobutanil.

El tocoferil-acetato ha aparecido en productos decomisados que contienen también THC. Por el contrario, se ha comprobado que no es parte de las recetas para elaborar productos (examinados en estudio) a base de nicotina.

Investigadores en Nueva York han optado por enfocarse en este ingrediente, ante su aparición recurrente en los casos estudiados de víctimas. “No sabemos cuál es el impacto que tiene al inhalarlo”, dijo Daniel Huff, un comisionado del departamento de Salud de Minnesota al referirse al acetato de Vitamina E.

El 4 de octubre, la FDA se manifestó con respecto al avance de más de 440 muestras recibidas, provenientes de 18 estados. Indicaron, una vez más que no encontraron una sustancia específica ligada a todos los casos, mientras que la demografía de las víctimas era tan variada que tampoco arroja indicios claros. “Esta es una investigación especialmente retadora”, dijeron en su comunicado en esta fecha.
Su llamado a la población, sin embargo, fue uno solo: evitar consumir productos de vapeo que contengan tetrahidrocannabinol (THC), ya sea agregados en la fabricación o modificados de manera posterior (ilícitamente).

En medio de la información, y simultánea desinformación, relacionada con estos casos tan sonados, las definiciones y uso de tecnicismos han permeado áreas, productos y componentes más allá de los reales o necesarios. Gran parte de la atención mediática se ha enfocado en reiterar que el problema acá tiene que ver con el "vapeo", sin especificar con justicia que, el término es aplicable para una amplia gama de opciones en el mercado. Esta parte, sin duda merece un capítulo aparte.